Adriana Vilas
Travel designer


Adriana Vilas, Travel designer
Viajar no solo es descubrir nuevos lugares, sino también saborear el alma de un territorio a través de su gastronomía.
España y Portugal, dos países vecinos bañados por el Atlántico, el Mediterráneo y el Cantábrico, se revelan como auténticos paraísos para los amantes del buen comer y el arte de viajar con calma, elegancia y profundidad.
Si amas la buena comida, no hay mejor manera de conocer un lugar que a través de sus sabores más auténticos.
El sabor como brújula para guiar tus viajes a través de las delicias culinarias que cada rincón de España y Portugal está listo para ofrecerte.
Hoy te invito a recorrer una ruta privada, una guía de los 10 Templos de la Alta Cocina en España y Portugal que no debes perderte.
San Sebastián: el templo de la alta cocina
En la sofisticada costa vasca, San Sebastián brilla como un diamante gastronómico.
Esta ciudad concentra más estrellas Michelin por metro cuadrado que ninguna otra en el mundo.
Caminar por su parte vieja es adentrarse en un universo de bares de pintxos donde cada pequeño bocado es una obra de arte.
Pero San Sebastián también invita a una vivencia más exclusiva: almorzar en las mesas de restaurantes míticos como Arzak, Akelarre o Martín Berasategui, donde la cocina de vanguardia se fusiona con las raíces más profundas del territorio.
Además, podrás descubrir los secretos de la sidra vasca en una sagardotegi tradicional o disfrutar de una cata privada de txakoli frente al mar Cantábrico.
La Rioja: vinos eternos y paisajes de postal
Desde San Sebastián, el viaje se adentra en los paisajes ondulantes de La Rioja.
Más que una región vinícola, La Rioja es una forma de vida.
Sus viñedos, que se tiñen de dorado y carmesí en otoño, acogen algunas de las bodegas más prestigiosas de España.
En este viaje de lujo, visitarás casas legendarias como Marqués de Riscal o CVNE, donde degustarás añadas históricas guiado por enólogos expertos.
¿Un momento inolvidable? Un picnic privado entre los viñedos, rodeado de naturaleza silenciosa y copas de vino que relatan siglos de pasión vinícola.
Girona y el Empordà: arte, historia y cocina estrellada
Girona, con su casco antiguo de piedra dorada, es la antesala perfecta para adentrarse en el Empordà, una de las regiones más evocadoras de Cataluña.
Pueblos como Pals, Peratallada o Monells conservan intacta la esencia medieval, mientras los campos de olivos y viñedos dibujan un paisaje sereno.
Aquí, la gastronomía alcanza alturas sublimes.
Vivirás experiencias únicas como una cena privada en un restaurante con estrella Michelin, visitas a bodegas familiares donde el vino se elabora de forma artesanal, o almuerzos entre viñedos con chefs locales que reinterpretan la tradición ampurdanesa.
¿Una experiencia exclusiva? Navegar las cristalinas aguas del mediterráneo acompañados de una experta sumiller disfrutando de catas de vino privadas con exquisitos maridajes de productos locales.
Rías Baixas, Galicia: entre mariscos y albariño
Cambiamos el Mediterráneo por el Atlántico para descubrir las Rías Baixas, en Galicia, donde el mar marca el ritmo de la vida y de la cocina.
Te propongo navegar en una velero privado entre las bateas de mejillones, visitar lonjas donde las subastas son un espectáculo en sí mismas, y degustar mariscos fresquísimos en restaurantes escondidos frente a pequeñas calas.
Todo maridado, por supuesto, con albariños seleccionados de las mejores bodegas de O Salnés.
Madrid: capital de contrastes y sabores cosmopolitas
En el corazón de la península, Madrid late al ritmo de su vibrante escena culinaria.
Aquí, lo tradicional y lo contemporáneo conviven en perfecta armonía: desde tascas centenarias donde probar un cocido madrileño hasta restaurantes de alta cocina liderados por chefs de renombre internacional.
¿Mi propuesta? Reservas en locales exclusivos como Montia o el restaurante de Ramón Freixa, visitas privadas a los mercados gastronómico y rutas gastronómicas de tapas reinterpretadas en barrios como Retiro y Chamberí.
Oporto y el Valle del Duero: historia líquida
Cruzando la frontera, Portugal nos recibe con los brazos abiertos en Oporto, una ciudad nostálgica donde el tiempo parece diluirse en el Douro.
Aquí, recorrerás en privado las míticas bodegas de Vila Nova de Gaia, catarás oportos añejos que despiertan recuerdos en cada sorbo y pasearás en barco en privado por el río.
Más arriba, el Valle del Duero despliega terrazas de viñedos infinitos.
Imagina dormir en antiguas quintas convertidas en hoteles de lujo, pasear entre las vides con enólogos apasionados y saborear almuerzos campestres regados con los mejores vinos de la región.
Lisboa, Sintra y Cascáis: esencia atlántica
Lisboa, con su luz dorada y sus calles empedradas, es una joya llena de sorpresas.
Te propongo descubrirla de la mano de un guía privado, disfrutar de un almuerzo en restaurante histórico y explorar la costa atlántica hacia Sintra y Cascáis, donde los palacios románticos y los acantilados vertiginosos crean escenarios de ensueño.
En Sintra, una parada obligada será degustar la repostería tradicional y visitar bodegas de vinos de Colares, los más antiguos de Portugal.
Alentejo: calma, autenticidad y sabores eternos
El viaje en Portugal culmina en el Alentejo, donde los horizontes se dilatan bajo cielos inmensos.
Aquí, la gastronomía es sinónimo de tradición pura: panes de leña, quesos artesanales, embutidos únicos y vinos potentes.
Te alojarás en una finca de lujo entre olivares centenarios, disfrutarás de catas privadas con pequeños productores y pasearás por aldeas blancas donde el tiempo parece haberse detenido.
Un final perfecto para un viaje que conecta cuerpo y alma con la esencia más auténtica de la Península Ibérica.
Sevilla: pasión andaluza y cocina de raíces
Cruzaremos desde el Alentejo hasta Sevilla.
Sevilla no solo es la cuna del flamenco y la Semana Santa más emocionante de Europa; también es un destino donde la gastronomía despierta los sentidos.
Aquí, el tapeo se transforma en un arte, y cada bocado cuenta una historia que mezcla herencia morisca, tradición andaluza y creatividad actual.
En nuestra ruta exclusiva, te proponemos recorrer el histórico barrio de Santa Cruz con un guía local, disfrutar de un almuerzo maridado con vinos andaluces en una antigua casa palaciega y vivir una velada única: cena gourmet con espectáculo de flamenco en un patio sevillano.
Además, visitarás bodegas históricas en el triángulo del Jerez, donde el vino generoso se convierte en joya líquida entre botas centenarias y toneles de historia.
Mallorca: sabores del Mediterráneo y lujo natural
El broche de oro de nuestro viaje gastronómico es la perla del Mediterráneo: Mallorca.
La isla más elegante del Mediterráneo también merece un lugar en esta ruta.
Mallorca es mucho más que playas cristalinas: su interior rural, su cocina basada en el producto local y su vibrante escena culinaria la convierten en una joya para los viajeros más exigentes.
Desde mercados como el de Santa Catalina en Palma hasta restaurantes de autor escondidos en fincas entre viñedos, Mallorca ofrece una experiencia slow y exclusiva.
Podrás disfrutar de una cata de aceites en una almazara familiar, almorzar en una finca con vistas a la Tramuntana, o navegar al atardecer con una copa de vino local y productos gourmet.
¿Por qué elegir un viaje privado y a medida con nosotros?
Cada detalle ha sido diseñado para ofrecerte no solo un viaje, sino una experiencia transformadora:
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