Adriana Vilas
Travel designer
Adriana Vilas, Travel designer
En el corazón de Asturias, una palabra resuena con profundo significado: morriña.
Mucho más que una simple expresión, morriña es el sentimiento de profunda tristeza que embarga a los asturianos cuando se encuentran lejos de su tierra y seres queridos.
Este sentimiento arraigó especialmente en aquellos que se vieron obligados a migrar durante largos periodos, siempre con la esperanza de regresar a su hogar en algún momento.
El principio del siglo XIX marcó una época de inmigración y grandes esfuerzos para los asturianos, quienes anhelaban hacer realidad el sueño de «hacer la América». Esta expresión se refería a viajar al Nuevo Mundo, especialmente a lugares como México, Cuba, Argentina, y Uruguay, con el propósito de trabajar arduamente y acumular grandes fortunas para regresar a su tierra natal cargados de éxito y prestigio.
México, en particular, se convirtió en un destino atractivo para la migración asturiana durante el último tercio del siglo XIX. Miles de asturianos cruzaron el océano entre 1820 y 1930, en busca de nuevas oportunidades en un país en pleno desarrollo. Muchos de ellos, cautivados por las promesas de una vida mejor, nunca regresaron a su lugar de origen. Otros, tras años de esfuerzo, volvieron con grandes fortunas y recibieron el nombre de «indianos».
En el norte de España, a orillas del mar Cantábrico, se levantan majestuosas casas de arquitectura colonial, mandadas construir por estos asturianos que regresaban, deseosos de mostrar la riqueza alcanzada en América.
Un sitio imprescindible para maravillarse con estas construcciones de colores vibrantes es el pintoresco pueblo de Colombres, en Asturias. Su tranquilidad rural, la sobriedad y calma de sus habitantes hacen de un paseo por sus calles una auténtica aventura arquitectónica. Las fachadas pintadas con vivos colores impactan a primera vista, pero lo que realmente asombra es imaginar la época en la que estas majestuosas casas palaciegas fueron erigidas.
Entre todas ellas, destaca la impresionante Quinta Guadalupe, construida por Íñigo Noriega Laso en 1906 en honor a su esposa. Casi intacta en la villa de Colombres, esta casa es la única abierta al público, ya que en la actualidad alberga el Museo de la Emigración y es la sede del Archivo de Indianos.
En nuestro recorrido a través de las huellas de los indianos también podrás visitar otras casonas como la Villa Manola, perteneciente a Manuel Rodríguez que emigró a Cuba a los 19 años, y la Casa Roja o Villa Teresa, una de las más representativas y vistosas.
El tour continuará por las poblaciones de Noriega, Bustio y Villanueva, donde podrás apreciar el fuerte vínculo que existe entre Asturias y América a través del legado arquitectónico que dejaron los que un día se atrevieron a cruzar el Atlántico en busca de una nueva oportunidad.
Sumérgete en la historia que une a México y Asturias. La huella de su legado arquitectónico y cultural perdura en estos magníficos edificios, testigos silenciosos de un pasado lleno de sueños y esperanza.
Te invito a vivir una experiencia única y emocionante, llena de nostalgia, pero también de admiración por el coraje y la determinación de aquellos que forjaron un camino hacia un futuro mejor.